domingo, 25 de enero de 2015

Temas y...el príncipe del caos

A principios del mes de diciembre del año pasado, un diario de circulación nacional identificado con los grupos progresistas del país publicó una nota informativa que llamó mi atención.
Habla de la existencia del sociólogo cubanoestadounidense Gustavo Rodríguez Ramírez y su teoría de sembrar el caos.
Rodríguez Ramírez es el principal impulsor de la tendencia informal anarquista que, según el diario en cuestión, se han convertido en los lineamientos de algunos anarquistas de la capital del país.
“Llevar el caos y la destrucción hasta sus últimas consecuencias”, es la divisa del pensamiento de este cubanoestadounidense quien vivió en México desde 1990 y fue deportado en enero del 2014.
Se le llegó a identificar como un presunto agente de la Agencia Central de Inteligencia, la CIA del país vecino, pero él se defendió alegando que la versión había sido una treta de los hermanos Fidel y Raúl que gobiernan en Cuba, para desacreditarlo.
En noviembre del 2012, Rodríguez Ramírez propuso que se eliminara al candidato progresista (léase Andrés López) con claras intenciones de provocar a sus seguidores y así detonar una insurrección generalizada y por ende, llevar al caos al país.
Incluso cuando lo del surgimiento del EZLN y todo lo que gravitó en torno a ese suceso del 94, dice el inspirador del caos total que le propuso al subcomandante Marcos que ejecutaran al obispo Samuel Ruiz para provocar la reacción iracunda de los fieles que lo seguían.
Los anarquistas, según el pensamiento de este personaje, no lucha por transformar al mundo ni por hacerlo más justo ni por cambiar de manos de poder, sino para destruirlo, simple y sencillamente.
Por eso vemos a esos jóvenes con el rostro cubierto y asumiéndose como anarquistas contaminando las marchas pacíficas de protesta social que se realizan allá en la capital del país, provocando destrozos y agrediendo a las fuerzas del orden.
Y, precisamente, luego de que se han presentado esas acciones de vandalismo y agresión, ha corrido la versión de que pudiera tratarse de infiltrados que manipula el propio gobierno federal para desacreditar a los movimientos sociales de protesta.
Desde luego, no es tan descabellado esgrimir esa posibilidad porque ya en épocas pasadas se dieron ese tipo de estrategias, pero al conocer las propuestas de Gustavo Rodríguez Ramírez, tendríamos que pensar seriamente en que los jóvenes de ambos sexos que destrozan edificios públicos, fachadas de negocios diversos y agreden a quienes quieren someterlos al orden, sí pertenecen a ese grupo que se inspira en el pensamiento del cubanoestadounidense.
En este espacio he dicho que estoy a favor de que las personas de este país se manifiesten con libertad absoluta y que exijan, critiquen y reclamen porque están en su justo derecho.
Pero no comparto que generando violencia, se pueda acabar con la violencia ni con los problemas que afectan a las mayorías de este país.
Dice el clásico que después de la política viene la guerra, pero debemos seguir apostándole al diálogo y la concertación, civilizados para seguir siendo una nación democrática, libre, justa y plural.
¿No cree usted?

La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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