martes, 20 de mayo de 2014

Temas y...el Señor de los Relojes

Si el Señor de los relojes, Amado Yáñez, dueño de la empresa Oceanografía ha ganado millones y millones de dólares como contratista de Petróleos Mexicanos, no es raro que se haya dado el lujo de obsequiar 40 relojes de 40 mil dólares, aproximadamente, cada uno a igual número de empleados de alto nivel de la paraestatal.
Los relojes los obsequió el señor Yáñez con motivo del 40 aniversario de la fundación de esa empresa que ahora anda metida en problemas tanto en México como en el vecino país del norte.
Imagínese lo comprometido que deben haberse sentido los empleados de Pemex con ese regalito que les hizo el dueño de Oceanografía, pues fue un reloj de aniversario, fabricado por una de las empresas relojeras de más prestigio en el mundo.
Y si Pitágoras no me engaña, esos 40 relojes equivalen a algo así como un millón 600 mil dólares.
Picata minuta para el señor Yáñez.
Y ante la generosidad de este empresario del sureste mexicano, cabe la interrogante de qué les obsequiaría a los meros, meros petateros de Petróleos Mexicanos.
Además un cuestionamiento a los que aceptaron el regalito: ¿Por qué no lo entregaron a la Secretaría de la Función Pública, bajo el argumento de que los servidores públicos federales de todos los niveles no pueden aceptar regalos costosos, prácticamente de más de mil pesos?
Además, el reloj fue por los 40 años de Oceanografía, lo que significa que podría haber otros muchos regalos por otras fechas importantes en la vida del empresario ahora metido en problemas legales.
¿Quién o quiénes favorecieron a Amado Yáñez y socios de Oceanografía?
Se supone que eso es lo que se está investigando, pero suele suceder que cuando se descubren nombres de políticos encumbrados, todo queda en el intento de aplicar la justicia.
Por cierto, recuerdo que el líder agrario Juan Manuel García de Jesús, en sus tiempos de dirigente de la CCI, había gestionado ante Petróleos Mexicanos la concesión de una estación de servicio Pemex para el ejido Ley Federal de Aguas No. 5 ubicado en el Valle de Santo Domingo, en el municipio de Comondú, BCS.
Durante mucho tiempo, Juan Manuel estuvo picando piedra y tocando puertas para lograr la autorización, pero no lo lograba.
Lo enviaban con el secretario, del secretario, del secretario, del secretarios, etcétera.
Un buen día que andaba allá por el DF, decidió insistir en lo de la conexión de Pemex y dice que cuando platicaba con el secretario del secretario, etcétera, aquel individo se le quedó viendo a la muñeca donde el líder campesino llevaba un reloj Orient, que no era nada del otro mundo, pero que deslumbró a aquel burócrata empedernido.
García de Jesús, se dio cuenta del detalle y le dijo que si le gustaba el relojito que se lo obsequiaba, y ante el movimiento oscilatorio de la cabeza del secretario en sentido positivo, se lo entregó.
Luego de colocárselo en su muñeca, dijo:
“Esta misma semana queda arreglado lo de su concesión y si ocupa otras, usted nomas me dice”.
Después, cuando regresó por el documento, Juan Manuel le llevó a aquel empelado una loción de esas de importación, que no había en el DF.
Así es que imagínese si eso hizo un relojito de escasos 300 pesos de aquella época, qué puertas no abrirá uno de 40 mil dólares como los que regaló don Amado.
Cosas vederes, Sancho.

La lectura es vida, lo demás… es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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