jueves, 27 de junio de 2013

Temas y...la amistad

Siempre he tenido la idea de que los cargos públicos son para tener amigos, no enemigos, o más bien, adversarios.

Al menos yo, que he desempeñado algunos cargos públicos, he sembrado más amigos que adversarios, durante el desempeño de esas responsabilidades.

Hace unos días me topé con dos empleados del Gobierno del Estado que fueron mis subordinados durante mi desempeño como director de Información entre 2002 y 2005.

“Saluda quien fue nuestro jefe”, le dijo uno al otro.

“Amigo, más que jefe”, le corregí.

Y es que si bien existen rangos dentro de las responsabilidades políticas y entre las laborales, el hecho de que se desempeñe un cargo de mayor rango no debe ser motivo para que se vea a los subordinados como Dios a los conejos: chiquitos y orejones.

La jerarquía debe respetarse, pero no convertirse en una barrera infranqueable entre el jefe y el subordinado en cuanto a mantener una relación amistosa.

Todo esto viene a colación porque hace unos días leí una crónica sobre los funerales del reconocido intelectual, escritor, periodista y filósofo mexicano, José María Pérez Gay.

Menciona la autora de la crónica, publicada en un diario de circulación nacional, que la periodista Silvia Lemus, recordó las conversaciones de quien fuera su esposo, otro admirado y laureado escritor e intelectual mexicano, Carlos Fuentes y José María Pérez Gay, sobre literatura y filosofía.

Refiriéndose a Pérez Gay, dijo: “Siempre iba directo a la biblioteca de mi marido a ver sus libros. Un día Tomó un libro de Broch, Los Sonámbulos, y se sorprendió de la fecha en que fue comprado y leído. ¿Carlos Fuentes lo leyó a los 19 años?”, compartió Lemus quien se inició en Canal 22 con Pérez Gay. “Fue un gran jefe”, expresó la que fuera esposa de Fuentes, refiriéndose al que fuera director de ese canal de TV cultural. Pero Lilia Rosbach, la que fuera esposa de José María Pérez Gay, la corrigió: “Más bien, amigo”.

Eso quiere decir que el que fuera gran hombre de letras –y no precisamente como yo que lo soy pero de las de las mueblerías y otros negocios que dan créditos- también compartía mi filosofía de que los cargos públicos son para sembrar amigos.

La amistad por encima de todo.

Aunque hay quienes son de la opinión, que más bien, esos cargos son para enriquecerse.

¿Me están leyendo Granier y Reynoso y demás etcéteras?

Pero yo digo que los cargos públicos son para servir y no para servirse de ellos.

Y que si bien el poeta dijo que hay aves que cruzan el pantano y no se manchan, admito con honestidad, que el mío no es exactamente de esos, pero si puedo decir, con cierto orgullo, que las manchas que tiene, son apenas perceptibles, como un temblor de menos de 4 grados.

La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx





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