jueves, 21 de junio de 2012

Temas y...las pensiones miserables

Faltan cinco días para que terminen las campañas presidenciales y hasta ahora no he escuchado a ninguno de quienes buscan sentarse en la llamada Silla del Aguila, hablar sobre lo que piensan, opinan y pretenden, si ganan la elección, sobre el asunto de las pensiones en México.



Es un asunto muy serio.


Se trata nada más y nada menos del futuro para todos aquellos que ya arribaron a la edad de la jubilación o a la necesidad de la pensión y, desde luego, para los que nos vamos acercando a esos terrenos.


El tema lo han tratado de manera muy superficial, tanto Josefina Vázquez Mota, como Enrique Peña Nieto, Andrés López y Gabriel Quadri de la Torre.


Pero a mí me gustaría en lo personal, que este fuera uno de los temas torales en la discusión de los problemas que aquejan a la nación mexicana.


Lo trágico de las pensiones, radica en que, con el sistema actual que se implementó en el país y que provino de la república de Chile, lo que un trabajador o trabajadora que se jubile o pensione, recibirá un porcentaje muy bajo del sueldo que perciba como empleado activo.


Y si con lo que uno percibe como remuneración salarial actualmente no le alcanza para satisfacer sus necesidades más básicas y las de la familia, pues menos alcanzarán al momento de pasar a las estadísticas de los pensionados y los jubilados.


Es cierto que ya no serán los mismos gastos que cuando se está en la etapa productiva laboral, pero al fin y al cabo es muy poco lo que se estará cubriendo cada quincena o cada mes por concepto de la jubilación o la pensión.


Claro, a menos que uno sea Ministro de la Suprema Corte, miembro del TEPJF, alto funcionario o alto ejecutivo de una empresa, no estará pasando las de Caín para sobrevivir la vejez.


Los expertos han sugerido que el asunto de las pensiones tiene que revisarse ya y que es necesario modificarlo.


Hay que incrementar la aportación que hace el gobierno federal para el complemento de las pensiones.


No es justo que se trabaje toda una vida para que no se le retribuya con un ingreso digno.


Los discursos en los que se reconoce lo que trabajadores y trabajadoras han aportado para los gobiernos de los tres niveles o para las empresas privadas de este país, están muy bien pero las palabras se las lleva el viento.


Se requiere mayor solidaridad.


Ojalá y que quien se convierta en el sucesor o sucesora de Felipe Calderón agarre el toro por los cuernos y se anime a revisar el tema de las pensiones.


Hay que pensar en que no se trata de miles ni de cientos de miles, sino de millones de hombres y mujeres que, de no haber cambios profundos en las Afores, están condenados a pasar una existencia miserable al final de sus vidas.


De que hay manera de evitarlo, la hay.


Lo que se necesita es voluntad para hacerlo.


¿Quién lo hará?


Pero que sea a tiempo porque ahora resulta que las Afores, según una información que leí un diario de la capital del país, ya no son el gran negocio para los bancos o las instituciones financieras que las manejan.


¿Será?


La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx


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