domingo, 13 de mayo de 2012

Temas y...¿es ignorancia?

No recuerdo cuántas ocasiones, pero son varias, en las que me he enterado de que algún charlatán hizo su agosto llevándose miles de pesos en efectivo o en especie, producto de sus buenos oficios aplicados a personas que creyeron que consultándole acabarían con todos sus males o problemas emocionales.



Hubo una pitonisa que hasta pagarés firmados se llevó.


Y siempre me he preguntado por qué pasa una y otra vez.


Pero ahora, he encontrado la respuesta:


Dice el INEGI que 7 de cada 10 mexicanos, es decir el 70 por ciento, dijo ¡confiar más en la fe que en la ciencia!


Y 55.67 por ciento, considera peligrosos a los científicos del país.


Esto es increíble que pase en México en pleno siglo XXI.


Pero es la triste realidad.


Respeto todas las religiones y creo que todas son buenas, pero los que fallamos somos los seres humanos, al intentar aplicar los principios y objetivos que persiguen.


Por eso se dice con mucha frecuencia que se es católico, protestante o de otra religión, de dientes para afuera, es decir no por convicción, sino para cubrir las apariencias.


No se puede negar que la ciencia y la religión han estado enfrentadas desde hace siglos.


Pero en lo que respecta a los problemas económicos, físicos corporales o sentimentales, es mejor recurrir a la ciencia que a la fe.


Hace poco me comentaba una persona del caso de una mujer que confiaba mucho en su fe y no quiso atenderse con un médico para un problema de salud. A los pocos meses murió.


Me hizo recordar el caso de un Testigo de Jehová que aquí en La Paz se opuso a que a su pequeño hijo le hicieran una transfusión de sangre, porque eso lo impide esa religión.


Una tercera parte de los encuestados por el INEGI consideró que limpias, homeopatía, quiropráctica y acupuntura son alternativas adecuadas que la ciencia no reconoce.


Yo agregaría a esa lista, la reflexología y debo confesar que a mí, me ha hecho bien someterme a esta terapia de rehabilitación por problemas lumbares, incluso de no permitir caminar normalmente.


Sin embargo, creo que hay una gran diferencia en decir que deja uno en manos de una figura religiosa la solución a sus problemas y recurrir a la llamada medicina alternativa.


Para René Asomoza, director del Cinestav del Instituto Politécnico Nacional recurrir a rezos y limpias, significa que los mexicanos continúan pensando ancestralmente y que ello es un reflejo de que no se tiene un nivel educativo adecuado.


Arturo Menchaca, titular de la Academia Mexicana de Ciencias, dice por su parte que la mayor expectativa de vida de los mexicanos se debe al desarrollo de de la investigación y de la tecnologías y no a los milagros.


Tiene razón.


Obviamente que la fe nunca debe perderse, pero no se debe caer en fanatismos.


Porque al final de cuentas, suele ocurrir que se queda uno sin dinero o bien sin algunos de los objetos más valiosos que se tengan.


Así es que si usted sabe de algún curandero de males de todos tipos, tamaños, sabores y colores y trae un problema de salud, sentimental o de otra índole, piense primero antes de que pase a la estadística de los incautos defraudados por esos charlatanes.


La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx






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