jueves, 20 de octubre de 2011

Temas y...bendición a punta de pistola...de agua

“Si bien hubo un sacerdote apodado el Padre Pistolas, ninguno de los prelados de la Iglesia Católica había disparado un arma dentro del ritual de la Santa Misa, como lo hizo en repetidas ocasiones el párroco de la iglesia de Santa Julia en Pachuca Hidalgo, Marcos Leal.


No quiso emular a su tocayo Marcos, el subcomediante, perdón el sub comandante.

Y no crea usted que era un admirador del Tigre de Santa Julia que asoló en el siglo pasado a una región del país, hasta que fue atrapado con los pantalones abajo, haciendo sus necesidades fisiológicas.

De allí aquello de que lo atraparon como al Tigre de Santa Julia.

Fue tan famoso que hasta una película se filmó hace dos o tres años sobre ese personaje.

Tampoco el sacerdote pachuquín -por lo de Pachuca- era admirador del Rambo de la pantalla grande o algún otro personaje de los Cómics, como Roy Rogers, Read Ryder, El Llanero Solitario o El Payo.

No: simplemente se le ocurrió utilizar una pistola al final de cada misa.

¿Y la disparó? En repetidas ocasiones.

¿No hirió o mató a alguno de los feligreses? Tampoco. ¿Entonces?

Bueno la información sobre este curioso caso dice que el padre Marcos Leal, de repente le dio por utilizar una pistola, pero ¡de agua!, al final de la misa para esparcir el agua bendita y así purificar a la mayoría de los feligreses que acuden a la iglesia de Santa Julia.

¡Si una enorme pistola intergaláctica de agua!

La utilizó en varias ocasiones y luego la guardó con el argumento de que la PGR se la había decomisado.

El párroco recibió la orden para ser cambiado a la iglesia de la colonia PRI-Chacón por órdenes del Obispo Pedro Aranda-Díaz.

El domingo 3 de septiembre, ofició la última misa a la que asistieron unos 800 feligreses y como era la misa de despedida, el sacerdote decidió sacar otra vez su dichosa pistolita intergaláctica y cuando concluyó la misa empezó a disparar chorros de agua a los asistentes los que le aplaudieron por espacio de 5 minutos.

Explicó que el utilizar la pistola de agua fue con el deseo de acercar más a los niños y los jóvenes a la misa dominical y que nunca lo hizo como una falta de respeto a la Iglesia y que más bien era una forma de hacerle ver a la gente que Dios es alegría y diversión sana.

Los feligreses recogieron firmas para pedirle al Obispo que el padre Marcos Leal permaneciera en la iglesia de Santa Julia, pero no se sabe que es lo que va a pasar”.

Esta columna la escribí ya algún tiempo y decidí reeditarla porque resulta que en el poblado de Acatlán, Hidalgo hay otro sacerdote, Juan Ramón Hernández, quien también utiliza una pistola acuática para dar la bendición.

Pero además este párroco, convocó a todos los niños de la comunidad a que llevaran sus armas de juguete para luego destruirlas.

“Desde Acatlán, estamos repudiando la violencia, desde aquí estamos vacunando a la gente para que no lastime a nadie, para que saquen de su corazón, el odio la violencia y la mentira”, dijo el sacerdote.

Según la información al respecto, publicada en un diario de circulación nacional, los niños poco a poco fueron llevando sus pistolitas de agua y las dejaron en el altar. Después vino la bendición con un moderno rifle acuático y luego las pisotearon como “instrumentos de muerte y odio”.

¿Qué la parece?

La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzrrodigy.net.mx



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