jueves, 19 de mayo de 2011

Temas y...El Guero Mauricio

El pasado fin de semana falleció mi amigo Mauricio Meza Rochín, alias El Güero Mauricio, allá en Ciudad Constitución. Como un homenaje de mi parte publico este trabajo que el locutor Manuel Federico Morales leyó cuando a don Mauricio se le entregó el premio al Mérito Ganadero hace 3 años…

Soliloquio de un toro viejo

Soy un toro “desvacado” que vive solo,
apartado, de una cañada en fondo; amogotado
en lo hondo de escondida encrucijada.

Ya no significo nada, me aparto de los
rediles; se trocaron mis abriles en muy riguroso
invierno.

Ya no mujo, ya no cuerno, ya se me agotó
el coraje; medroso voy al aguaje, poco bebo y
menos como.

Ya no me echo arcilla al lomo rascándola
de la tierra bramando, pidiendo guerra… y,
rabiando con fatiga, untándome con boñiga,
toda la palomilla, ya no vale ni cuartilla aquel
que fuera ejemplar aquí y en cualquier lugar.

Yo varias plazas cubrí, yo a mis jinetes
tumbé, yo a la capa acometí y con la pica topé;
varias reatas reventé, de las trancas me burlé y
al que se opuso abatí; los lienzos no respeté y a
donde quiera que fui muy buena fama senté.



Mis amos me presumían, los vaqueros me
temían y quienes mi fama admiraron, en corridos
la cantaron.

Nadie me miraba mal, pasé por buen
semental y produje finas crías… Y el que
fuera tan alegre, de pelo brillante, fino, tan
altivo, infatigable –esgrimiendo siempre el sable
como el mejor gladiador- se espanta si ladra un
perro…

Me reta cualquier becerro y ese reto, lo
rehúyo; ya se me agotó el orgullo; perdí aquella
vanidad que era mi sinceridad.

Aunque en ricos pastos agosto, cada día
estoy más angosto, inútil, menos pesado; ya me
siento muy cansado y con dificultad camino…

Sin embargo en mi destino, hallo un consuelo
muy grato: ver patente mi retrato en mi
larga sucesión.

De mirarla no me privo y satisfecho lo
digo, es mi único lenitivo y por ello a Dios
bendigo…

Cuando apartan las vaquillas –vacas
pintas, aguilillas- propias para el apareo, tan
robustas y coquetas, melancólico las beso y
me relamo las jetas; en ellas mis ojos fijos
son mis deseos más secretos: “que las
fecunden mis hijos mientras que crecen mis
nietos”.

Ahora que en tiempos de fríos recorrieron
los vaqueros todititos los criaderos, a
unos compañeros míos cortaron de sus
vacadas y arriando de sus majadas los llevaron al corral.

Ahí dijo el caporal: “por tanto que ya han
vivido no cumplen su cometido; procedamos
a castrarlos y a la engorda incorporarlos pa’
que antes que llegue enero estén ya en el
matadero…”

Si con ellos me cotejo, soy de su edad…
o más viejo; de escapar no encuentro el
medio y no tengo más remedio que correr la
misma suerte; castración, engorda y muerte.

Por eso vivo apartado de la cañada en
el fondo; amogotado en lo hondo de escondida
encrucijada, cortado de mi vacada pidiendo
al Supremo Ser –ya que eterno no he de
ser-.

No permitas que me humillen por Dios
que no me anovillen; aunque vaya al
matadero…

Prefiero siempre, en mis mogotes ser
pasto de zopilotes pero dejar la vida enero…

En mi caso y con prudencia, juzgo con
resignación mala la comparación y poca la
diferencia.

ANDRES Z. BARBA CAMARENA

La lectura es vida, lo demás…es lo de menos…hzr@prodigy.net.mx

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